Desde 2009, el sector avícola holandés está trabajando para reducir el uso de antibióticos. El uso no regulado de antibióticos puede conducir al desarrollo de bacterias resistentes, creando serios problemas para el cuidado de la salud animal y humana.
En 2018, el uso de antibióticos se redujo otro 3% en comparación con 2017. Así fue notificado por el Servicio Holandés de Salud Animal.
El uso de los llamados antibióticos de tercera generación ha disminuido en un 68% desde 2014. Estos antibióticos de tercera generación presentan el mayor riesgo de crear bacterias resistentes, por lo que es muy importante limitar su uso estrictamente.
En los Países Bajos, el proyecto no solo está dirigido a las granjas de pollos de engorde, sino a toda la cadena de producción. Las existencias de los padres en las granjas multiplicadoras y las reproductoras se controlan de forma exhaustiva y el uso de antibióticos ha disminuido considerablemente.